martes, 22 de mayo de 2012

¡¡La educación no discriminatoria!!

¡¡Buenas tardes a tod@s!!

A lo largo de las diferentes entradas de mi blog he podido plasmar diferentes tipos de desigualdades que poseemos, por desgracia, muchas de las personas que conformamos esta sociedad, hoy para seguir con la tónica y temática de mi espacio os voy a hacer referencia de la educación no discriminatoria que se trabaja desde el ámbito educativo, familiar y social.
Si entendemos por discriminación el proceso por el cual se priva de beneficios y se excluye de actividades sociales a determinadas personas, fundándose principalmente en prejuicios establecidos y aprendidos, habrá que plantearse que papel pueden desempeñar los dos grandes agentes socializadores en la educación para la no discriminación, la escuela y la familia.
El mismo sistema educativo que pretende apoyar la educación para la igualdad, debe procurar al tiempo una educación no discriminatoria. No se trata por tanto, únicamente de establecer los recursos y los medios suficientes para ofrecer las mismas oportunidades a toda la población. Si no que hay que tener en cuenta que el proceso por el que se administra la igualdad, debe evitar poner trabas a la hora de acceder a los objetivos que cada uno, por el hecho de ser persona, independientemente de sus condiciones particulares relativas a sexo, raza o religión, entre otros, proyecta conseguir como ideales de vida.
En el ámbito familiar, la educación que se transmite a cada uno de los hijos por el hecho de nacer mujer u hombre, viene mediatizado por lo que la sociedad espera de él o ella. Los valores y actitudes, junto con las oportunidades que, desde pequeños, les ofrezcamos de relacionarse con otras personas diferentes, con características peculiares y desigualdades a las propias, va a marcar la amplitud de perspectivas con la que enfrentarse a las personas.
De este modo, conociendo otras culturas, otras formas de vida, sobre las que concebir el mundo y la sociedad desde el conjunto de las culturas, se podrán evitar actitudes discriminatorias e intolerantes, que se apoyan sobre el desconocimiento sociocultural o simplemente sobre la infravaloración de las personas por tener unas características diferentes.



Como ejemplo voy a describir a continuación, algunas de las acciones educativas no discriminatorias que se siguen desde los centros educativos:
Por un lado, se debe analizar la distribución y la representatividad de hombres y mujeres en los cargos directivos, y examinar los horarios del profesorado y del alumnado teniendo en cuenta que todas las asignaturas han de tener el mismo prestigio y valor.
También, conviene revisar los materiales escolares, cuentos, programas, juegos de ordenador, etc., que se utilizan y comprobar el equilibrio de las imágenes femeninas y masculinas y de las actividades realizadas por mujeres y hombres.
Analizar las asignaturas optativas que escogen las chicas y los chicos y, si se constata un desajuste significativo, plantear acciones protectoras.
Además debemos tener en cuenta que si el uso del masculino plural no incluye a las mujeres, se puede llegar a acuerdos en el centro sobre usos lingüísticos no sexistas sin caer en la exageración o el ridículo. Dicho plural puede sustituirse por el singular colectivo, por ejemplo: la humanidad, las personas, el alumnado, el profesorado, etc. Además habrá que cuidar la redacción no sexista en los documentos elaborados en el centro.
Para ir finalizando, debemos promover un programa de actividades extraescolares y complementarias con criterios no discriminatorios, potenciando la colaboración del centro con las familias para que éstas asuman el protagonismo que les corresponde en evitar los roles estereotipados y para trabajar juntos en conseguir un repertorio igualitario de tareas y responsabilidades del alumnado en casa y en el centro.
Por último, no podemos olvidarnos de reforzar positivamente todas las iniciativas y propuestas del profesorado que tengan como finalidad combatir la discriminación sexual, y crear un fondo bibliográfico coeducativo de centro y de aula, que sirva de apoyo al trabajo.

¡¡Espero que entre todos, seamos educadores, profesores, maestros o de cualquier otra profesión luchemos porque estas desigualdades entre sexos, se consolide y se manifieste también desde el ámbito educativo!! 


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